En el transcurso de la última semana, la comunidad de Oaxaca, México, ha estado celebrando una colorida festividad que atrae tanto a locales como a visitantes de todas partes del mundo. La Guelaguetza, una de las fiestas tradicionales más importantes del estado, se ha llevado a cabo con gran entusiasmo después de una pausa obligada debido a las circunstancias de los últimos años.
Este evento reúne diversas manifestaciones culturales de las ocho regiones de Oaxaca, presentando danzas, música, y trajes típicos que han sido heredados de generación en generación. Entre los participantes, la comunidad zapoteca del Istmo de Tehuantepec se destacó con un vibrante espectáculo de bailes autóctonos y melodías que resonaron en el Auditorio Guelaguetza.
El ambiente se complementó con la oferta culinaria, donde los visitantes pudieron disfrutar de la deliciosa gastronomía oaxaqueña, desde tlayudas hasta mole negro, creando una experiencia multisensorial que celebraba la riqueza cultural y la diversidad del estado.
En paralelo, varios proyectos solidarios se han puesto en marcha, buscando apoyar a las comunidades indígenas de la región. Iniciativas dirigidas a la preservación de las lenguas nativas y el fortalecimiento de artesanías tradicionales han recibido especial atención. Estas acciones pretenden no solo fortalecer el patrimonio cultural de Oaxaca, sino también proporcionar oportunidades para las generaciones futuras.
La Guelaguetza no solo es un momento para el festejo y la unidad, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar las tradiciones ancestrales. Este año, la celebración ha reafirmado su papel como un bastión de identidad cultural, uniendo a personas de diferentes orígenes en un compartir de historias y sueños comunes.